Mi tercer día en Londres comenzó con un pequeño percance. Desperté y encontré mi celular apagado sin saber la hora, lo que me preocupó porque tenía un vuelo esa tarde y necesitaba el GPS para moverme. Por suerte, tenía un cargador portátil con batería, así que lo conecté y pude encender mi celular. Eran aproximadamente las 7:30 de la mañana, así que me apresuré a prepararme y bajé al comedor del hostel para desayunar. El buffet del hostel ofrecía una gran variedad de opciones deliciosas y abundantes, lo que me hizo sentir agradecido por el alojamiento. Mientras desayunaba, el hostel sintonizaba la BBC de Londres para conocer las últimas noticias sobre el país. Fue entonces cuando me enteré del problema sanitario que estaba teniendo Inglaterra, lo que me hizo reflexionar sobre la importancia de la salud y la seguridad en tiempos inciertos. Con mi estómago lleno y mi celular cargado, emprendí mi última aventura en la ciudad antes de partir. Caminé hacia el Támesis, sabiendo que serí